El zinc es uno de los muchos minerales y vitaminas que el cuerpo necesita para mantenerse sano. Este micronutriente está presente en todas las células del cuerpo. Contribuye al crecimiento y al desarrollo, a mantener la vista sana, a proteger el sistema inmunitario y a ayudar al metabolismo a funcionar correctamente.
Si tienes un nivel bajo de zinc, corres el riesgo de padecer varias afecciones, como retraso en el crecimiento (por lo cual este mineral es especialmente importante para los niños), susceptibilidad a las infecciones y problemas con la cicatrización de las heridas y lesiones.
El organismo debería obtener suficiente zinc al consumir una dieta equilibrada y los nutrientes adecuados; sin embargo, si tienes una deficiencia, existen suplementos que puedes tomar. Este artículo te da toda la información que necesitas sobre la ingesta de zinc para mantener tu salud.
Zinc: ¿qué es?
El zinc es un oligoelemento metálico que el organismo necesita para muchas funciones. Es el segundo mineral más importante del organismo después del hierro, pero no se encuentra en niveles elevados. Otros minerales esenciales son el magnesio, el calcio y el yodo. Algunos suplementos contienen una combinación de estos minerales.
Sólo se necesita una pequeña cantidad de zinc para que las enzimas de nuestro organismo creen reacciones químicas que le mantienen sano, como ayudar al crecimiento y desarrollo de nuestro cuerpo. Nuestro organismo no produce zinc de forma natural, por lo que éste se obtiene de los alimentos que consumimos.
El óxido de zinc también se utiliza externamente (por vía tópica) para ciertas afecciones cutáneas como eczemas, quemaduras, dermatitis del pañal o llagas. Este producto es esencialmente una crema barrera transpirable que repele la humedad y favorece la cicatrización. También se utiliza en algunas cremas de protección solar para una protección completa contra los dañinos rayos ultravioletas.
El zinc se ha utilizado durante muchos años para la protección de la piel, ya que sus propiedades de barrera lo hacen adecuado para las personas que tienen que meter las manos en el agua con frecuencia, como parte de una actividad como lavar platos.
Zinc: ¿para qué se utiliza?
El zinc puede ayudar en muchas de las funciones del organismo, incluyendo las siguientes:
- Crecimiento y desarrollo.
- Cicatrización de heridas.
- Coagulación de la sangre.
- Función tiroidea.
- Función inmunitaria.
- Gusto y visión.
- Reducción de la inflamación.
- Síntesis de proteínas y ADN.
- Protección celular.
- Reducción del colesterol.
- Prevención de enfermedades como la neumonía y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
El zinc tiene propiedades antioxidantes, lo que significa que protege las células del organismo contra el daño de los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que pueden causar enfermedades y envejecimiento. A medida que uno envejece, el pelo se vuelve grisáceo y la piel se vuelve flácida y arrugada, debido a la acción de los radicales libres. Los antioxidantes combaten este proceso. Por eso, muchas cremas faciales promocionan su capacidad para retrasar el envejecimiento y combatir los efectos de los radicales libres.
Uno de los beneficios del zinc es que es un tratamiento popular para los síntomas del resfriado y las investigaciones han demostrado que tomar pastillas de zinc que contengan este mineral puede reducir la duración de los resfriados comunes.
La piel contiene aproximadamente el 5% del zinc total del organismo. Se utiliza para la cicatrización de heridas, ya que ayuda a la síntesis de colágeno y a combatir la inflamación. El colágeno es esencial para la reparación de los tejidos dañados. Por eso los hospitales suelen utilizar zinc para tratar quemaduras y heridas graves.
El zinc también puede ayudar a controlar la diabetes de tipo 2, ya que puede ayudar a aumentar los niveles de glucosa y favorecer el control del azúcar en la sangre. Existen pruebas de que la composición genética puede influir en la eficacia del zinc para ayudar a controlar la diabetes. El organismo de algunas personas reacciona de forma diferente al de otras. Además, las personas con diabetes tienden a tener más zinc en la orina que en la sangre, lo que aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Si sufres de acné, puede que su origen sea por que tengas niveles bajos de zinc. Esta afección cutánea es frecuente en los adolescentes, pero puede afectar a otras personas. Las glándulas productoras de grasa, sobre todo las de la cara y la espalda, se obstruyen e inflaman. Un suplemento de zinc puede ayudar a reducir esta inflamación y evitar el crecimiento de las bacterias que causan las manchas de acné.
El consumo excesivo de alcohol puede interferir con la absorción correcta del zinc y algunas investigaciones han demostrado que las enfermedades hepáticas en alcohólicos pueden estar asociadas a la falta de este mineral esencial.
Una deficiencia de zinc se presenta con varios síntomas diferentes. Puede ser la causa de pérdida de apetito, pérdida de peso, diarrea, erupciones cutáneas, sensación de cansancio, problemas de visión, pérdida del sentido del gusto y del olfato, caída del cabello y enfermedad frecuente. En el caso de los hombres, una carencia de zinc puede causar disfunción eréctil.
Es posible que experimente varios o sólo uno de estos síntomas, pero si sospecha que no está consumiendo suficiente zinc debe consultar a su médico.
No es fácil detectar las deficiencias de zinc con un simple análisis de sangre, ya que las cantidades en el organismo son muy pequeñas. Si un médico sospecha que no tiene suficiente zinc en el organismo, puede hacerle un análisis de orina, de plasma sanguíneo o incluso de cabello.
Zinc: ¿en qué alimentos se encuentra?
Si sigues una dieta variada en tu día a día, es probable que ingieras suficiente zinc. Las fuentes alimentarias con más concentración de zinc incluyen:
- Carne roja como la carne de res.
- Pollo.
- Carne de cerdo.
- Cordero.
- Mariscos como las ostras.
- Lácteos, incluyendo la leche y especialmente el queso.
- Legumbres como lentejas, alubias, guisantes, garbanzos, etc.
- Frutos secos y semillas.
- Cereales integrales como arroz integral, bulgur, maíz, avena, centeno, espelta, arroz salvaje, germen de trigo, etc. Al no haber sido refinados, son más sanos que productos como la harina blanca y el arroz blanco.
Algunos alimentos, como los cereales de desayuno, las barritas y la harina, están enriquecidos con zinc.
Las frutas y las verduras no son las principales fuentes de zinc, por lo que si eres vegetariano o vegano deberás revisar tu ingesta de zinc y considerar el uso de un suplemento. Antes de hacerlo, debes consultar a un profesional sanitario que pueda realizar estudios para evaluar tus necesidades individuales en función de los alimentos con zinc que consumes, ya que tal vez consumes suficientes legumbres, frutos secos etcétera.
Zinc: ¿cómo tomarlo?
La dosis media diaria de zinc que necesitan los adultos para mantenerse sanos es de 9,5 mg para los hombres y 7 mg para las mujeres.
Las mujeres embarazadas deberán consultar a su médico sobre sus niveles de zinc, ya que pueden necesitar una dosis superior a la recomendada para ayudar al desarrollo del bebé. Esto también se aplica a las mujeres en periodo de lactancia.
La mayoría de los suplementos multivitamínicos contienen zinc, lo cual es una alternativa a tomar un suplemento de zinc puro. Si estás pensando en tomar más zinc, consulta a tu médico o farmacéutico.
Efectos secundarios de tomar demasiado zinc
El consumo de altas dosis de zinc y su uso prolongado también en altas dosis, puede provocar deficiencia de cobre. También puede provocar anemia y debilidad en los huesos, haciéndolos más propensos a romperse. Si tienes niveles bajos de cobre también puedes sufrir debilidad y entumecimiento en tus piernas y brazos.
Algunos de los efectos secundarios de tomar demasiado zinc son:
- Vómitos
- Diarrea
- Dolores de cabeza
- Náuseas
- Indigestión
Algunos aerosoles nasales contienen zinc, por lo que se recomienda no utilizarlos, ya que pueden provocar la pérdida del sentido del olfato, especialmente si se usan en exceso.
Los suplementos de zinc pueden interactuar con algunos medicamentos, especialmente antibióticos, diuréticos y medicamentos para la artritis. Si estás pensando en tomar suplementos de zinc, informa a tu médico de cualquier medicamento que estés tomando.
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