La apatía (del griego "a", que significa "sin", y "pathos", que significa "sentimientos y emociones") es un estado mental que se caracteriza por una disminución o ausencia de motivación, una clara falta de interés por la vida y una indiferencia general por el mundo que nos rodea. Una persona apática es aquella que está agotada de su emotividad, que sufre de desmotivación en el ámbito laboral y que no muestra interés por establecer una nueva relación social ni por mantener las existentes. Cuando las personas padecen de apatía, es como si nada les importara y les costara gestionar las cosas y conseguir sus objetivos.
La apatía puede aparecer en adultos en cualquier momento de su vida. Puede no haber un desencadenante: una persona puede estar sufriendo sentimientos de ansiedad y preocupación sin pensar que puede haber afecciones subyacentes más graves. Aunque no es -estrictamente- una afección clínica, puede afectar a la salud de una persona si no se trata. En algunos casos, puede conducir a la depresión o ser un síntoma subyacente de una afección más grave, de la que hablaremos a continuación.
La apatía puede estar causada por una enfermedad psicológica, como la distimia; una enfermedad neurológica, como la enfermedad de Alzheimer o de Parkinson; o el consumo inmoderado de sustancias psicoactivas (por ejemplo, alcohol o cocaína). Por cierto, en la mayoría de los casos, esta afección, en individuos sanos, puede ser consecuencia de una carencia dietética, vitamínica o mineral.
Qué es la apatía
Esta afección se produce cuando una persona tiene una falta de motivación, no se concentra en nada y tiene una falta de interés por lo que ocurre en su entorno. El individuo se siente cansado/a y aletargado, como si todo le supusiera demasiado esfuerzo. Se trata de un sentimiento que puede apoderarse de la persona sin motivo, o puede haber causas subyacentes.
La apatía también puede desarrollarse en personas que llevan un estilo de vida aparentemente saludable.
Se conocen tres tipos de apatía:
- Conductual - tareas sencillas, como los deberes o las tareas domésticas, parecen imposibles de realizar.
- Social - la persona no tiene deseo de salir o de relacionarse con otras personas de su red o incluso de hablar con familiares en casa.
- Emocional - las emociones son neutras, sin altibajos. A la persona no le preocupa molestar a los demás con su comportamiento. Se trata de una forma de anhedonia, que es la incapacidad de sentir placer. Parece que nada importa e incluso sensaciones y estímulos físicos como un abrazo no significan nada.
También hay otras dos formas de apatía que puede experimentar una persona, pero que no son tan comunes:
- Fatiga por compasión - consiste en una falta de empatía o una dificultad extrema para comprender los problemas de los demás. La persona tiene el pensamiento de que su problema debería ser lo más importante, pero no llega a comprender la solución.
- Apatía del espectador - la persona sabe que sus amigos o familiares necesitan ayuda o apoyo, pero no puede dárselo porque está muy absorta en su propia apatía. Obviamente, esto no se hace intencionadamente y, aunque pueda causar frustración, se debe comprender.
Los sentimientos de apatía no están necesariamente causados por una enfermedad mental, pero pueden ser un signo de otros trastornos psicológicos que puede requerir atención médica.
Cómo se manifiesta la apatía
Hay varios signos de apatía que conviene investigar, ya que abordarlos puede cambiarle la vida por completo a una persona que lo sufre. Admitir que se puede necesitar un poco de ayuda puede ser duro, pero los resultados merecerán la pena.
Algunos de los signos de una persona con apatía son:
- No gustarle los cambios
- Sentirse inseguro/a
- Falta de motivación y confianza por lograr sus metas
- No preocuparse por su aspecto
- Preferir estar solo/a que con otras personas
- Incapacidad para hacer las cosas o resolver posibles problemas
- Dificultad para manejar las tareas del día a día
- Falta de pasión por las cosas que a la persona le suelen gustar
- Pérdida de memoria
- Tristeza
La aparición de la apatía puede hacer sentir que nada importa. Si algo va mal, por ejemplo, se estropea la lavadora, no le da importancia, mientras que antes habría abordado el problema inmediatamente.
Si comparamos la situación actual con la anterior, habríamos tenido una sensación de logro al final del día o al tachar cosas de nuestra lista de planificación. Ahora ni siquiera tienes ganas de escribir la lista y dejas que las cosas sucedan a tu alrededor.
Causas que conducen a la apatía
En realidad, no existe una causa específica de la apatía, ya que puede estar relacionada con varias afecciones. Sin embargo, los estudios han demostrado que la apatía es una respuesta a ciertas áreas cerebrales que pueden no estar funcionando correctamente. Los inhibidores del cerebro pueden bloquear la actividad normal de sustancias químicas como la dopamina, que es una sustancia que produce bienestar.
La apatía puede ser un síntoma de algunas enfermedades.
En individuos sanos, las causas de la apatía pueden ser razones algo más triviales:
- Estrés y/o experiencias traumáticas
- Deficiencias nutricionales (puede ocurrir durante una dieta especialmente rigurosa)
- Deficiencias de vitaminas y minerales
- Mala calidad del sueño
- Cansancio y agotamiento emocional
Si crees que sufres de apatía, parte de la solución consiste en entender por qué te ocurre este síndrome. Hay muchas razones por las que te puede ocurrir la apatía. Puede deberse a dificultades profesionales, familiares o problemas económicos.
Consejos útiles para aliviar la apatía
Si bien es cierto que la apatía puede ser un signo importante de una patología neurológica o psiquiátrica en curso, en individuos sanos y que no presenta otros síntomas, como la pérdida de peso, la primera forma de tratamiento es un cambio en los hábitos alimenticios, recurriendo quizá a suplementos vitamínicos o minerales.
Investigaciones recientes han puesto de manifiesto el papel de ciertos micronutrientes en el bienestar general 1:
- Vitamina B6
- Vitamina B12
- Vitamina D
- Zinc
- Ácidos grasos Omega-3
- Hierro (Fe)
- Magnesio
- Cromo
- Calcio
- Folato (Vitamina B9)
Si crees que sufres apatía y que ésta te hace sentirte decaído/a o deprimido/a, deberías consultar con un profesional sanitario. Es probable que tu médico te haga un análisis de sangre y te aconseje un tratamiento con medicamentos, como antidepresivos. También te hará preguntas sobre por qué crees que te siente así y si ha habido algún desencadenante que lo haya provocado. Puede que necesites hablar con un psiquiatra si tu problema es de psicología.
De todas maneras, la solución podría ser tan simple como que necesitas un cambio y algo diferente en tu vida. De lo contrario, si es algo más complejo, sería necesario un diagnóstico y asesoramiento profesional, ya que podría tener repercusiones en tu vida.
Tu médico puede sugerirte que acudas a terapia para intentar llegar a la raíz del problema. Podría ser con psicólogos especialistas en comportamiento cognitivo o alguien especializado en este campo que pueda elaborar un perfil psicológico o de personalidad para comprender cómo proceder.
Aunque no es una solución completa, seguir una dieta equilibrada y sana son factores que pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo. Si comes alimentos azucarados, sentirás un breve "subidón" que te llevará a sentirte decaído/a al bajar los niveles de azúcar.
Otra forma de combatir la apatía sin medicación es realizar más actividades físicas y deportivas. Incluso un pequeño paseo diario puede mejorar tu estado de ánimo y hacerte sentir más positivo/a.
Dormir bien también puede ayudar. Intenta acostarte siempre a la misma hora y evita beber alcohol o cafeína antes de acostarte.
Referencias
- ref C Calderon-Ospina. CNS Neurosci Ther 2020;26:5-13
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